La cuarta edición de la Residencia de Artistas en los monasterios de Suso y Yuso, San Millán de la Cogolla, tendrá lugar del 17 al 30 de junio y está promovida por la Fundación San Millán de la Cogolla en colaboración con la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Cuenta con el apoyo de la Orden de Agustinos Recoletos de Yuso y del Ayuntamiento de San Millán.
En la presente edición, financiada con un fondo LEADER a través del CEIP Rural de Tricio, participan seis artistas que van a trabajar con diferentes lenguajes y técnicas artísticas, como la pintura, la fotografía, el arte textil y el reciclaje de materiales.
La Residencia de Artistas en San Millán se enmarca dentro del programa de residencias estivales, organizado por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, que tiene la peculiaridad de desarrollarse en núcleos rurales de distintas comunidades autónomas con un interesante patrimonio cultural.
El objetivo principal de estas estancias es facilitar al alumno la posibilidad de desarrollar y profundizar en los contenidos adquiridos durante el curso, a la par que canalizar todo su potencial creativo y plástico dentro de un entorno de trabajo en el que se pretende propiciar las condiciones óptimas que estimulen la acción creativa desde distintas realidades y ámbitos como son el rural, el industrial o el patrimonio cultural material e inmaterial de la zona.
En el caso de San Millán de la Cogolla, el tema genérico de la convocatoria es el del valor universal excepcional que confirió la categoría de Patrimonio Mundial a los monasterios y a su entorno (la lengua, la historia, el arte, la arquitectura, el paisaje, sus gentes, los modos de vida, etc.). A partir de ello, los participantes deben elaborar un proyecto a través del que muestren una visión personal de algunos de los valores patrimoniales del valle de San Millán.
Con este programa se quiere incentivar la investigación y producción artística; contribuir a la promoción de los futuros creadores y facilitar la interacción de los residentes con otros artistas y profesionales del arte y la cultura, tratándose así de una experiencia formativa dentro de entornos y contextos sociales muy distintos a los que los estudiantes habitualmente experimentan en el ámbito de una formación reglada.
Durante su estancia, los jóvenes artistas exploran el territorio y conviven con los vecinos para descubrir un patrimonio cultural, material e inmaterial, que se convierte en fuente de inspiración para su trabajo de creación.
Las obras realizadas durante la residencia se muestran a lo largo del verano en el claustro alto del monasterio de Yuso en una exposición organizada por los propios jóvenes y, en invierno, se realiza una exposición conjunta de todas las residencias en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.
En el transcurso de las residencias, los jóvenes artistas, sus profesores y la comunidad local actúan al mismo tiempo como público y como creadores y transmisores del patrimonio. La comunicación fluye en ambas direcciones y todos descubren nuevas formas de relacionarse con el acervo cultural.
Es interesante ver cómo los valores patrimoniales se convierten en el nexo de unión y de intercambio entre personas de edades, formación y procedencia geográfica muy diferentes. Por un lado, los artistas se apropian de los elementos distintivos del entorno en donde han trabajado y los muestran desde un nuevo prisma a través de sus obras y, por otro, la comunidad local redescubre y revaloriza, a través de esta nueva mirada, la trascendencia de su patrimonio cultural.